Amor de madre
El amor de una madre es verdaderamente incondicional. Es normal que a cierta edad se piense que son una pesadilla, que son insoportables, se enojan fácilmente y se dedican únicamente a mandar o juzgar. No es así, al pasar los años vas entendiendo que si tu mamá te dice que hagas algo que tu no quieres, lo hace por tu bien. Tenlo por seguro. Ellas siempre tendrán ese instinto que les dice que algo está fallando o saliendo de maravilla. ¿Tú crees que tu mamá te dirá algo que no te agrada simplemente para fastidiarte? No lo hará. Jamás. Porque ellas saben de lo que eres capaz y si intentan limitarte, no será porque no crean que no puedes, sino al contrario, ellas pensarán que claro que lo lograrás, pero no te quieren enviar al inmenso mundo real para que te lastimes en tus momentos de tropiezo. Es completamente normal. Es tu mamá y siempre se preocupará por ti. A veces les gustaría tenerte en una cajita de cristal y no dejarte salir nunca por miedo a que te suceda algo. Como madres deben entender que los hijos son como los pichones, algún día empezarán a extender sus alas y es su deber dejarlos volar.
Aun cuando estés lejos, a miles de kilómetros del nido que te vio nacer, ellas seguirán ahí. Si por alguna razón tú te desvías del camino, ellas seguirán ahí. Es el amor hacia ti el que les impedirá alejarse.
Les contaré una historia sobre una madre y su hijo. En ella el hijo tenía problemas con el alcohol, gracias a la audacia de él, ella nunca lo vio demasiado ebrio. Un día, se encontró a su hijo recostado en la pared de la calle, ¿qué podía hacer? Le habló, le preguntó qué le pasaba y en cuanto se dio cuenta que su hijo no estaba en sus cabales, le compró una botella de agua y lo llevó a casa ayudándolo en el camino. Permitió que él se fuera a dormir y le ayudó a beber siquiera dos tragos de café cargado que le había preparado. La mamá se recostó en su cama a llorar, pasó la noche preocupada porque no sabía cómo ayudar a su hijo. Jamás lo había visto tan embriagado y el solo recordarlo la atormentada. ¿Se imaginan lo difícil que ha de ser para una madre ver a su hijo en condiciones complicadas como estas? A la mañana siguiente, él tenía que ir a clase. Como en el día anterior una de las preocupaciones de la madre era saber si su hijo había comido siquiera algo o no, esa mañana, madrugada en realidad, se levantó a las 4 am a prepararle el desayuno a su hijo, cocinó un par de huevos y los puso entre un pan, asemejándose a un sándwich. Luego despidió a él y regresó a la cama, más tranquila, a seguir durmiendo. Dos horas más tarde volvió a levantarse, pues tenía que ir a trabajar.
Son estos pequeños detalles los que nos demostrarán toda la vida que una madre es incondicional. Su amor, su comprensión, su confianza y su apoyo son los que nos impulsan a creer en nosotros mismos, a luchar por lo que queremos. Qué mejor motivación que el saber que tu mamá siempre será la primera en creer en ti, ella es la presidenta de tu club de fans, ella es quien estará toda la vida para ti, incluso cuando no. Porque fue ella quien te amó primero y será ella quien nunca dejará de hacerlo.
PD.: ¡Feliz día de las madres!
(Acá es el 10 de mayo).
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